Chile: Breve Imaginería política - 1970 - 1973

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Extractos

 

Augusto Pinochet ha muerto

( 12/2006 ) --- La muerte de un personaje como el genocida chileno tiene el poder de revivir y movilizar los recuerdos de toda una época. En este caso los '70, tan de moda en estos días. Algunos como J.P. Feinmann, Mario Wainfeld y yo recordamos las multitudes que salieron (salimos) a la calle en repudio al golpe del 11/09/73, acá en Buenos Aires. Y la inconsciencia de no pensar que a nosotros nos podía pasar algo parecido. Esto es algo que se cantaba en ese momento (con música de Ramón Ortega), ante los rumores luego desmentidos de una fuerte resistencia al golpe:

Yo tengo fe, que Chile va a ganar
Yo tengo fe, que Chile va a ganar
Yo tengo fe, que Chile va a ganar
Le va a romper el c... a la junta militar.


Lo que pasó después, aquí y allá, es bien conocido y no debe ser olvidado. Hace un tiempo encontré esto en la web, es un fragmento de una novela del peruano Oscar Ugarteche, y hoy quiero compartirla acá, en homenaje a todas las víctimas del terror y a las ilusiones masacradas en América Latina.

Babilonia la grande
Fragmento: Milonga de andar lejos

A mediados de 1971, Perico llegó al departamento contento, lleno de vitalidad, diciéndole que se iban a Santiago de Chile a vivir una temporada. Perico iba enviado por el Partido al AST chileno. /Qué lejos está mi tierra/ y sin embargo, qué cerca/ o es que existe un territorio donde la sangre se mezcla/ No somos los extranjeros / los extranjeros son otros/ son ellos los mercaderes/ y los esclavos nosotros/ yo quiero romper mi mapa/ hacer el mapa de todos/ mestizos, negros y blancos/ trazarlo/ codo con codo/... Que una gota/ con ser poco/ con otras se hace aguacero/

El encargo que tenía era fortalecer el sindicato del Partido en la Compañía Chilena de Teléfonos, así como los lazos entre el AST chileno y el PRG para crear una retaguardia política en la eventualidad que se iniciara la guerrilla en el Perú. Fue un esquema similar al que usaron otros grupos años después. Para lograrlo y para ganarse la vida Perico entró a trabajar a Chitelco recién nacionalizada a la ITT. Encontraron una casa pequeña en la población La Bandera y se hicieron muy amigos del cura, un francés muy cultivado. De esos que están con la gente y no contra ella. Clotario Blest, un viejo dirigente de izquierda iba por la población con frecuencia. Era muy amigo, entre otros, del cura. Describir el barrio es difícil. Tenía las calles de tierra, poco y mal alumbrado público y un par de teléfonos. Las casas eran de madera, muy pequeñas, con los techos inclinados hacia un lado, «mediaguas» les llaman. Recordaban las casas obreras alemanas de fin de siglo pasado. /Corazón maldito/ por qué palpita así/ por qué palpita/ Había pocos árboles y mucha tierra apisonada por todas partes. Las casitas tenían macetas en los umbrales de las puertas, con cipreses. La plaza delante de la iglesia era un terral con árboles delgados y recientes, con bancas de cemento que cerraban un diamante relleno de bloquetas de cemento rosado. Algunos geranios crecían distraídos. Era un barrio muy pobre. Quizás el más pobre de Santiago en ese momento. Su alcalde era un miembro del Partido de gobierno. No había un solo regidor que no perteneciera a las filas del gobernante frente de la Unidad Popular. El AST no estaba en la UP. Antes bien estaba enfrentado con los partidos del gobierno aunque les dio una tregua en los primeros años para que pudieran gobernar. Incluso los guardaespaldas de Allende venían del AST.

—Perico, ¿A dónde me has traído? Esta gente cree que está en Europa. No se dan cuenta que somos latinos. Además, esa preocupación por sus leyes, me fastidia. Quieren hacer la revolución por la legal cuando la revolución es contra las leyes, ¿No?

—Es más complicado que eso, pero no te preocupes, amor. Aquí vamos a hacer la revolución y vamos a poder replicarla en el Perú.

—¿Esta es gente revolucionaria? Creo que no te entiendo cuando hablas de revolución, amor. Esta gente no me da la impresión de ser muy revolucionaria. Da la sensación que es muy conservadora, racista y que tiene un trato fatal con las mujeres y con los extranjeros, excepto, claro, si son argentinos, uruguayos o europeos. A esos sí los respetan y los tratan como a la gente. Lo que es a nosotros...

—Eres mala. Estás prejuiciada. Son gente simpática y alegre.

—¡Qué dices, amor! Sí no saben ni bailar.

—Bueno ya, dejémoslo allí y no te compliques con buscar chamba fuera de acá que te vas a terminar peleando con la gente.

En los primeros días de su llegada fueron a inscribirse en el edificio de investigaciones y allí les dieron sus cédulas de identidad anaranjadas números 6718091 de Monchi y 6718092 de Perico. Se tomaron las fotos para la cédula la semana antes que fueran y adiós pueblo de Ayacucho, Perico estaba con barba y con el pelo largo. ¡Y qué culpa tenía Valderrama! Adónde vamos a ir a parar, maldita zamba del amanecer. Lucero solito en el alba. Pobre Monchi, ni siquiera era Valderrama y allí estaba con cédula anaranjada y todo. /Corazón maldito/ por qué palpita así/ por qué palpita/

Ella entró a trabajar al comité vecinal y a la olla común de la población. Era un lugar pequeño con techo de zinc, con unas seis mesas largas donde almorzaban los que se habían quedado sin trabajo o que por dedicarse a la política habían dejado de trabajar. Cantaba feliz, /que culpa tiene el tomate/ de estar prendido en la mata/ si llega un hijo de puta lele/ y lo mete en una lata lele/ y lo manda pa Caraca. El dejo chileno de falsete de gallo, y el comerse las eses, le agarró rápido. Un día poroto con rienda y el otro poroto granados la vida comenzó a pasar al ritmo de Violeta Parra, Víctor Jara, Los Quilapayún, Inti Illimani y los poemas de Neruda. /Me gustas cuando callas/ porque estás como ausente/ Con frecuencia iban a la peña de los Parra en la calle Carmen 7. Allí cantaban habitualmente Rolando Alarcón, Víctor Jara y Patricio Manns, además de Ángel e Isabel, los anfitriones. Chile Ríe y Canta era la otra guarida que la dirigía un gordo que se llamaba René Largo Farías. /Me mandaron una carta/ por el correo temprano/ en esa carta me dicen que cayó preso mi hermano/ la carta dice el motivo/ que ha cometido Roberto/ haber apoyado el paro que ya se había resuelto/ si acaso esto es un motivo/ preso voy también sargento/ siiiiiiiiiiiiiii.

Perico llegaba tarde en la noche de sus reuniones políticas y el grupo se pasaba horas hablando de la revolución que había que hacer en Chile sentados en la única mesa con seis sillas de madera y con una pantalla de mimbre. De todas maneras los militares iban a reaccionar y en algún momento iban a darle un golpe a Allende, un reformista que veía la ley por sobre todo en lugar de entender que las demandas populares pasaban por encima de la ley burguesa, hecha precisamente para favorecer los grandes intereses. /Mira la batea/ cómo se menea/ cómo se menea el agua en la batea/ Otros peruanos entraron en este círculo por referencias de Lima conforme iban llegando a lo largo del tiempo. /La batea se menea/ qué barbaridad/ la batea se menea/ qué preciosidad/ La base del círculo fue conformada por un economista casado con Françoise, una francesa; Juan, sociólogo, hijo de un Coronel del Ejército, y la pareja de Perico y Monchi. Después llegaron los uruguayos y a Juan lo mandaron a dormir donde el vecino que tenía sitio. Ellos fueron los primeros en compartir los dos dormitorios y la cocina-sala, espacios únicos de todas las mediaguas. Además caían por la mediagua peruanos que iban a mirar y vivir la experiencia del socialismo. /Cómo se menea el agua en la batea/ Fue a mediados de 1972 que se organizó el paro de transportistas de Chile que marcó la futura caída del régimen. Había ya escasez de repuestos, el Rinso costaba cada vez más y se encontraba menos, el papel Confort (en chileno, Conforz, sin t y arrastrando la r hacia una zeta) era tan preciado como el papel carbón, el Regal se volvió un jabón de lujo. Hasta encontrar un Hilton con filtro se tornó crecientemente difícil.

Casi de inmediato, luego del paro de transportistas, salieron las señoras elegantes de Providencia a protestar a las calles con sus cacerolas. /le he contestado yo al preguntónico/ cuando la pánzica/ pide comídica/ pone al cristiánico/ fuerte y guerrérico/ por sus poróticos/ y sus cebóllicas/ No hay regimiéntico/ que los deténguica/ si tienen hámbrico/ los populáricos/ La derecha perdió el miedo a la calle. La policía no los reprimía con severidad sino a manera de juego del gato y el ratón. El odio, la ira y la violencia marcó la reacción. El día de la primera marcha de las cacerolas, como se le llamó, las mujeres bajaban por Providencia al lado del río cantando

No hay carne, hueón.
No hay leche, hueón,
No hay huevos, hueón
Qué chucha es lo que pasa, hueón


Monchi pensó que su mamá no usaría ese vocabulario, pero claro —esto es Chile, uón—. Los bolivianos que entonces llegaban a Santiago, tenían terror de un golpe luego de su experiencia con la asonada de Banzer contra Torres, y los muertos y exiliados. Y hasta los uruguayos del PC andaban preocupados. Habían caído de transeúntes, luego de los golpes en Uruguay y en Argentina, a principios de 1973 y se hallaban muy alarmados por el ambiente de golpe que se empezaba a sentir. El grupo comenzó a percibir más fuerte un tufillo fascista que propiciaba la caída del poder del gobierno de Allende. Esto llevó al grupo a fortalecer su posición.

—Monchi, tú qué piensas, esto se acaba o lo salvamos, le dijo la francesa.

—No hay nada que salvar acá. Si el gobierno socialista no ha logrado instaurar el divorcio ni despenalizar la homosexualidad, esto es frágil. No puede ni siquiera hacer lo mas sencillo, menos podrá hacer lo mas difícil.

—Es que hemos ganado la conciencia revolucionaria del pueblo, intervino Perico. Lo otro es adjetivo.

—¿No hay divorcio en este país?, interrogó Françoise.

—También meten a la cárcel a los maricas, añadió Monchi.

—Uy, hay que hacer la revolución dijo ella, inocente. Venía de París de 1968. Añadió, ¿Prohibido prohibir, no es verdad? O que metan todo el país a la cárcel, pues. Tan ella.

Estas mujeres no entienden nada, meditó Perico saliendo de la casa al parque a conversar con el cura y a fumar su pipa. La barba comenzó a encanecer levemente y la pinta de Perico con su bluyín viejo, su chompa azul marino, la camisa a cuadros rojos y blancos y las botas, con los pelos castaños y rizados al hombro, era la de un navegante solitario. Parecía un marinero español, pálido, con la barba negra con canas y su mirada transparente.

Cuando volvió de fumar su pipa se encontró con un feroz debate en la casa donde llegaron otros peruanos y chilenos, pero también estaban los uruguayos, los bolivianos y unos brasileños. La revolución se defiende con las armas, dijeron unos. /Perder la paciencia/ y sólo encontrarla/ en la puntería/ camaradas/ Lo que hay aquí no es revolución, sino un reformismo pequeñoburgués que va a parar en nada, dijeron los uruguayos. Los compañeros chilenos argumentaban que un golpe era impensable porque su país tenía una vieja tradición democrática y que el respeto a las leyes primaba a diferencia del resto de América Latina. Es un país con un enorme respeto por la institucionalidad democrática y nadie la va a quebrar.

—Pero fijate lo que pasó en Uruguay, interpuso el uruguayo exiliado. Allí no había golpes de estado hasta que llegó uno y chau. Y han puesto un civil. Qué tanto. Igual es un gobierno militar y es un golpe de Estado, che.

—Nosotros somos distintos, replicó. Chile es un país con una burguesía respetuosa de sus normas, porque al fin y al cabo han sido hechas por ellos para ellos y no las van a pisotear.

Los chilenos de los otros partidos, es decir que no estaban con el AST, pedían calma porque Chile es una democracia y jamás va a haber un golpe aquí porque las leyes se respetan y no somos como el resto de Latinoamérica, uón, somos educados, no tenemos el problema de la mancha india, uón, y somos más civiles, uón. Es decir, ciudadanos cabales. Y lo peor del caso es que se lo creían los propios tipos que lo decían, sin darse ni cuenta la suma de pavadas que estaban diciendo. /Qué dirá el Santo Padre/ que vive en Roma/ que le están degollando/ a su paloma/ Casi como que Chile estaba en Marte y los poderosos se iban a dejar quitar el poder porque es Chile. Una cojudez total. Pero claro, tan civilizados como los belgas. Hasta Providencia se parece a Bruselas. Pero la providencia no apareció. /Qué dirá el Santo Padre/

/Tanta distancia y camino/ tan diferentes banderas/ y la pobreza es la misma/ los mismos hombres esperan/ qué lejos está mi tierra/ y sin embargo qué cerca/ ¿O es que existe un territorio donde la sangre se mezcla?

Oscar Ugarteche

Jorge Y. de la G. Buenos Aires, Argentina. El Lobo Estepario

Augusto Pinochet ha muerto

12 de diciembre de 2006
Manifestación en el monumento al Presidente Salvador Allende, en la Plaza de la Constitución, en homenaje a las víctimas de la dictadura. Santiago, Chile
El tirano murió, Allende vive
¿Dónde están?
¿Dónde están?
Manifestación. Santiago, Chile. 12/12/2006
Fotos de Cynthia Valenzuela.


Augusto Pinochet ha muerto

( 12/2006 )

Desde Concepción, Chile. Domingo 10 de diciembre del 2006. (video 6:20 min.)

Augusto Pinochet ha muerto

( 12/2006 )
Rancagüinos hablan de la muerte de Pinochet

Por el taller audiovisual del colegio Moises Mussa, Rancagua.
Colectivo Prende. (video 8:06 min.)

Augusto Pinochet ha muerto

( 12/2006 )
Murió sin ser juzgado por la humanidad

Fe de Ratas, España (video 3:19 min.)

Augusto Pinochet ha muerto

( 12/2006 ) --- Me adelanté en cuatro días a tu muerte.
Sólo me la imaginé, y ahora que estás muerto y espero bien muerto una mezcla de tristeza y alegría me hincha el pecho. Pero que hermoso ejemplo serás para la jauría de cachorros caníbales que se pasean campantes por entre todas las instituciones del país.

A las 14:15 dejaste de contaminar la faz de la tierra. Como a eso de las dos de la tarde en el Hospital Militar. Domicilio conocido, lugar destacado. Ahí mismo torturaban a seres humanos por horas con asistencia de los doctores militares bajo tus órdenes.

En tu prontuario biográfico aparecerá que falleciste en un lugar conocido y reconocido.

¿Y los Detenidos Desaparecidos?

¿Y todos aquellos seres Humanos que aún, después de más de 30 años, aún no sabemos dónde están, dónde fueron enterrados, dónde fueron asesinados?

Perro mal parido, entre llanto, lágrimas, y risas de impotencia celebro tu muerte.Porque tu partida no es más que nuestra derrota.

Libre, Libre, Libre.
Atestado, abarrotado, colmado de acusaciones, imputaciones, cargos y descargos.
Y sin embargo… Estuviste allí, rodeado de esa horda de zánganos familiares, uncido de alguna bula religiosa comprada con dinero robado, para mandarte con pasaporte de inocente querubín. Falleciste en medio de los mejores cuidados.

VERGÜENZA MUNDIAL. PINOCHET MURIÓ LIBRE.

Escucho fuegos artificiales adelantados, se divisan bastantes bengalas, estrellas luminosas que surcan el cielo lanzadas por manos que celebran.
De la calle llegan insistentes bocinazos que recuerdan el mítico, "Y va a caer"… La cumbia, la Cueca y la salsa emergen de entre las casas. Como en año nuevo, la gente se abraza, hombres y mujeres lloran y ríen. De dulce, pero de más agraz se muere un carnicero militar. Pocas veces es Diez de diciembre, Fiesta Popular, celebración nacional.

El tambor anclado en su pecho, ese que tañía el son de la muerte, ese que era diana militar de aviso de fusilamientos y torturas ha cesado de cantar la canción de la muerte.

Desde el fondo del mar se levantan cientos de seres humanos devorados por la brutalidad. Desde el fondo del océano, de los ríos, de los lagos caminan por las avenidas del dolor cientos de hombres con un destino certero, largas filas caminan a paso lento al encuentro de Pinochet. Desde el fondo del mar emergen los detenidos desaparecidos. Tiemblan las raíces de árboles jóvenes que han sido la tumba de hombres y mujeres muertos. Por entre las piedras, la tierra, las raíces se levantan miles de manos elevándose hacia aquellos caminos olvidados. Uno a uno, caminan a paso lento hacia un domicilio conocido. Miles de muertos cruzan las calles de Chile, miles de muertos van tiñendo de huesos el desierto, miles de muertos van respirando envueltos en el viento. Tiemblan los Andes, tiemblan los bosques y las selvas. Los perros lloran, los pájaros callan expectantes.

Y es que este Horroroso Hematoma de la Historia tendrá su propio horrible infierno. Y es que las nubes rojas entintadas de riñón reventado vuelan hacia una sola dirección.

En esta hora en que las lágrimas van orillando las poblaciones pobres, en este minuto inmenso en su esencia de muertes innecesarias, todo un pueblo llora viendo tu partida.

Y es que tu muerte no representa sino otro tipo de muerte, porque hasta tu muerte nos taladra las entrañas. ¿Cuánto de nosotros mismos te llevas a la tumba? ¿Cuánto de aquello que fue nuestro llevas envuelto entre tus colmillos? ¿Cuánta piel de torturado te llevas bajo las uñas? ¿Cuántas veces tendrías que morir, cuántas veces tendríamos que matarte para que nos alivies la carga de dolor atada y tatuada a nuestras espaldas?

Un mitin de fantasmas, un escarzo de aparecidos en esta hora recorre todas las calles de Chile Tu muerte será fiesta nacional, pero no habrá música que nos haga cantar a coro con nuestros seres queridos. El puñal de tus dedos fue lacerando seres indefensos, desarmados, ingenuos de bestias gubernamentales.

En esta hora en que aquellos que tu bota militar hundió en el páramo de la incertidumbre, en el pantano de la duda y los miedos. Algo de mi también se va contigo, algo de todos nosotros se va contigo. Y es que ni siquiera fuimos capaces de encerrarte y no en la cárcel, sino que en un manicomio donde hubieses sido el favorito de cientos de doctores.

Y es que aún, esta aldea llamada Chile descansa sobre las fundaciones de huesos de desaparecidos. Y es que aún esa columna vertebral doblada, arqueada y azotada llamada Chile, vive bajo tus enseñanzas, hombres, discípulos, alumnos y seguidores.

Y es que tu muerte es y será ejemplo para el verdugo encapsulado que se anida en los alrededores. Después de tanto daño, de tanta muerte, de tanto saqueo, de tanto salvajismo, de tantas torturas, de tantas torturas, de tantas violaciones… Morirá ungido por la Iglesia, esmerado por un Hospital Militar subvencionado con el hambre de todo un pueblo, acompañado de la otra parte de la jauría y tiernamente recordado por los medios de comunicación.

¿A cuántos de aquellos que hiciste rico, te dirán adiós enternecidos desde sus casas para no levantar sospechas?
¿A cuántos seres humanos asesinaste?
¿Cuántos seres humanos se suicidaron sin esperanzas de nada bajo tu reinado?
¿Cuántas tazas de té a modo de almuerzo tuvimos que bebernos?
¿Cuántos kilómetros caminamos sin ni siquiera dinero para el micro?
¿Cuántas peleas, cuántas riñas, separaciones, divorcios, asesinatos y robos?
¿Cuántos inviernos con los mismos zapatos, con la misma chaqueta?
¿Cuántas humillaciones pasamos? ¿Cuántas frustraciones?
¿Cuántos fracasados, cuántos humillados caminan muertos de cuerpo por las calles de Chile?

Van las lágrimas arando el surco fraguado de años sobre el rostro de millones aquí en Chile. Y es que las lágrimas son más fuertes que la trinchera petrificada del aguante. Y es que tu cabeza tenía que haber colgado una semana por lo menos en la plaza de armas de Santiago. Y allí los niños harían rondas, allí las mujeres te escupirían la frente. Y allí los hombres se sentarían a llorar. Allí donde ni siquiera las moscas te hubiesen querido, donde el árbol que sostendría tu testa se secaría de oprobio y de rabia. Allí donde las palomas te hubiesen arrancado los ojos.

Pero ya es tarde, te irás cómodamente acostado en un cortejo de sables, billeteras, sangre, billeteras y celulares. A pesar que el martillo de juez azotó su cabeza incontables veces con la palabra, culpable. A pesar de sus muertes, a pesar de sus robos, a pesar de sus desfalcos.

Vergüenza Mundial. Pinochet ha Muerto Libre e inmaculado Vergüenza Internacional.

Un murmullo recorre los labios australes de este Chile pisoteado… Esta vez, si otra vez pasa lo que tu nos hiciste pasar no habrá primera sin segunda, ni sin tercera. Hazle saber a tus discípulos que está vez no habrá día en que la sangre no los llame a sus puertas.

Mientras tanto, sabemos que algunos no ven a Chile más que como a un simple colgador de armario fracasado y que sobre esa percha han colgado una chaqueta civil por sobre el otro abrigo militar ensangrentado.

Algo de nosotros también se va contigo. Y es que en esta hora amarga en que el silencio de tu partida va trizando los semblantes. Una astilla de tus huesos de cuchillo va punzando el lado de izquierdo de los corazones.

Qué insignificantes se vuelven las palabras en este momento de amargura. Qué insignificantes se vuelven las palabras ante tanta muerte.

Andrés Bianque
Diciembre del 2006


Augusto Pinochet ha muerto

( 12/2006 )

Desde Santiago, Chile. Domingo 10 de diciembre del 2006. (video)

Augusto Pinochet ha muerto

( 12/2006 )

Zoni2, desde Santiago, Chile. Domingo 10 de diciembre del 2006. (video 5:32 min.)

Augusto Pinochet ha muerto

Cenzi - Celebración :

Cenzi - Celebración


Desde la radio La Legua, al sur de Santiago.
10 de diciembre del 2006

Augusto Pinochet ha muerto

Apenas se supo la noticia salimos a la calle ...

Se acaba de morir Pinocho, ahora son las 4h20 de la tarde, murió a las 2h15 y ahora nos dirigimos a la plaza Italia ...
Mabel, desde Santiago, Chile. Domingo 10 de diciembre del 2006. (video 1:44 min.)

Augusto Pinochet ha muerto

Augusto Pinochet ha muerto este domingo 10 de diciembre del 2006.
Sin haber nunca respondido por los crímenes cometidos durante 17 años de dictadura (1973 - 1990) : más de 3.000 asesinatos políticos, más de mil desapariciones y miles de personas detenidas, torturadas, forzadas al exilio. Jamás enfrentado a la Justicia, pues su salud, estimada frágil, fue considerada un elemento suficiente para evitarle todo proceso judicial.

Numerosas manifestaciones se producen en estos momentos en el país.
No a la Impunidad. Santiago, Chile. 10/12/2006
La Muerte le ganó a la Justicia. Santiago, Chile. 10/12/2006
Pinochet ha muerto. Santiago, Chile. 10/12/2006
Pinochet ha muerto: un perro menos. Santiago, Chile. 10/12/2006
Desaparecidos. Santiago, Chile. 10/12/2006
Pinochet: condena póstuma. Santiago, Chile. 10/12/2006
Los desaparecidos. Santiago, Chile. 10/12/2006
Plaza Italia, Santiago, Chile. 10/12/2006
Ni un paso atrás, Juicio y castigo. Santiago, Chile. 10/12/2006
Plaza Italia, Santiago, Chile. 10/12/2006
Desde Santiago, Chile. Plaza Italia, 10 de diciembre del 2006
Fotografías de Isabel Orellana, Sebastián Teillier, Cynthia Valenzuela.

¿Quién manda al Ejército chileno?

( 12/2006 ) -- El gobierno nos ha dicho que es de "mal gusto" hablar del funeral de Augusto Pinochet mientras esté vivo. Pero me temo que, cuando muera, será tarde. Y haremos –como país- algo que no podremos explicar ante la historia. Y cuando digo historia, hablo de nuestros hijos y nietos y todos los que vengan por delante.

Ya parece claro que si el deceso ocurre durante el gobierno de Bachelet, no habrá "funeral de estado" encabezado por nuestra Presidenta. Pero todo indica que el Ejército le rendirá "honores militares" a quien fuera su comandante en jefe por veinticinco años. Así lo informó la ministra de Defensa, ratificando lo antes dicho por el actual jefe del Ejército.

Primera pregunta: ¿Es el Ejército un organismo privado que puede decidir por su cuenta y riesgo lo que le venga en gana? La respuesta: no, se trata de un organismo estatal y, por ende, pertenece a todos los chilenos. Es uno de los cuatro organismos de la defensa nacional, cuyos salarios, armas, pertrechos y costoso entrenamiento son pagados con los impuestos de todos los chilenos. A ellos les damos –por ley- el "monopolio en el uso de las armas" justamente porque nos pertenecen a todos.

Segunda pregunta: ¿Quién manda al Ejército? Como ocurre en toda democracia, el poder militar está bajo el mando del poder civil. Hasta hace muy poco no era así, ya que la negociación que dio paso a la transición dejó "enclaves autoritarios" que impedían al Presidente de la República cambiar a los jefes del ejército, la armada, la aviación y la policía en caso de ser necesario. Además, les confería un rol clave en el Consejo de Seguridad Nacional que coartaba al Jefe de Estado. El cambio se logró durante la administración del Presidente Lagos.

Tercera pregunta: Si el ejército es obediente al poder civil, expresión de la soberanía popular, ¿quién realmente rendiría honores a Pinochet al momento de su funeral? Respuesta: todos los chilenos.

Cuarta pregunta: ¿Amerita el general Pinochet recibir honores militares? Respuesta: no, porque él mismo es el mejor ejemplo de quien transgrede gravemente el honor militar.

Vamos por puntos.

Rendir honores al general Pinochet es homenajear a quien indultó a los asesinos del comandante en jefe, general René Schneider.

Rendir honores a Pinochet es olvidar que su policía secreta asesinó, en Buenos Aires, al ex comandante en jefe Carlos Prats, su antecesor en el cargo. Y con él a su esposa.

Eso para empezar a hablar.

Sigamos con lo que dijo el general Joaquín Lagos Osorio durante la dictadura, evocando las masacres ocurridas en 1973, mientras era comandante en jefe de la primera división del Ejército: "Fue y es un dolor tan enorme, un dolor indescriptible. Ver frustrado lo que se ha venerado por toda una vida: el concepto de mando, el cumplimiento del deber, el respeto a los subalternos y el respeto a los ciudadanos que nos entregan las armas para defenderlos y no para matarlos" (1).

El general Pinochet violó todas las leyes nacionales e internacionales, incluyendo la Convención de Ginebra, para perseguir a los disidentes a su dictadura. Ordenó asesinatos, desaparición de prisioneros, torturas. Todo ello está debidamente acreditado en los informes oficiales de las comisiones Rettig y Valech. Con aprobación del Congreso y con cargo a fondos del Estado, se han pagado y se pagan indemnizaciones a las víctimas y sus familias.

Quinta pregunta: Si el Estado ha reconocido las graves y sistemáticas violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura de Pinochet, ¿cómo es que el Estado va a rendir homenaje, a través del Ejército, a quien fue el jefe máximo de los agentes del Estado que cometieron tales crímenes? Respuesta: no puede hacerlo.

No vamos a agregar el fraude al Fisco que investiga la justicia tras descubrirse la red de cuentas secretas y millonarias del general Pinochet. Alguien podría decir que mientras no haya sentencia hay que darle el beneficio de la duda o la presunción de inocencia.

Pero tenemos que anotar, finalmente, que rendir honores militares al general Pinochet constituye un acto deleznable en el marco de lo que la propia justicia ya ha establecido. Y constituye un acto que atenta gravemente contra la misma democracia que nuestros legítimos representantes –en La Moneda y el Congreso- han jurado defender.

Última pregunta: ¿Qué cree usted que van a pensar los jóvenes cadetes de la Escuela Militar si participan en honores militares para el general Pinochet? Respuesta: que todo lo que hizo quien está en el féretro estuvo bien hecho. Y mañana, siendo generales, pueden repetir esas acciones.

Si todos los políticos –desde el oficialismo y la oposición- nos repiten "nunca más", si hasta el ex comandante en jefe Emilio Cheyre pronunció ese "nunca más" con solemnidad, ¿en qué quedamos? Muchos ciudadanos creemos que esto pone en jaque nuestra futura "seguridad" como nación y tenemos derecho a sentirnos desconcertados.

(1) Los Zarpazos del Puma

Patricia Verdugo

Movimiento Generación 80

¡No te mueras nunca!

( 12/2006 ) -- Mi vecina, antigua actriz, tributaria todavía de recursos histriónicos y una gran voz, se asoma a la puerta de su casa y da la clarinada noticiosa: ¡Murió Pinochet! ¡Por fin! ¡Se fue a la cresta el desgraciado! Y se desgañita sin dar muestras de que se agote su entusiasmo.

Conmoción en el condominio, que luego se extiende al barrio, a la ciudad, al país. El íntimo deseo de millones se ha cumplido. Las radios y los canales de televisión interrumpen sus programas habituales para propalar la noticia. Los diarios sacan a la calle ediciones especiales. Los políticos, los empresarios, los obispos persiguen a los medios para que el país conozca sus importantes opiniones. El ejército se moviliza como si se tratara de preparativos de guerra. El general Izurieta da su opinión. La familia Pinochet y Pablo Rodríguez Grez dan su opinión. Los ojos y oídos de la nación se concentran en la Fundación Pinochet , atentas a lo que ésta diga o haga. En La Moneda no saben cómo actuar y el comité político tras largas deliberaciones deciden que lo mejor es no decir nada. El prestigio del General, junto con el deterioro de su salud y la puesta en evidencia de sus crímenes, trapacerías y latrocinios, hace rato que se desplomó, y sin embargo, apenas la noticia de su muerte empieza a circular, medio millón de personas se prepara para asistir a sus funerales, que serán, que nadie lo dude, los más espectaculares de nuestra Historia. Así somos los chilenos. Ambiguos siempre, pero a la hora de nuestra hora, capaces de apretar filas, llevar nuestra mano derecha al corazón, y enjugar una lágrima final por el finado, diciendo unos –por boca de algún ministro o más bien del Cardenal—que no seremos nosotros quienes juzguemos, será Dios o la Historia quienes lo hagan, pero que , después de todo, el caballero, examinado en su contexto, tan mala persona no era; y vociferando otros, con el persuasivo vozarrón de Patricia Maldonado, que Pinochet era lo máximo, era El Rey.

Me siento aturdido, desconcertado, contrito ante tanta confusión. No sé cómo reaccionar, pero por fortuna, en el momento en que las floristas de la Pérgola de La Vega cumplen el ritual de cubrir con una lluvia de pétalos el multitudinario cortejo, y la angustia y la rabia comienzan a hacérseme insoportables, oigo otra vez la voz de mi vecina. Está llamando al mayordomo del condominio por alguna razón doméstica. Me doy una vuelta brusca en la cama y despierto.

Todo ha sido un mal sueño. Pinochet sigue vivo y lo celebro. Puede que el 86 haya lamentado el fallido desenlace del atentado del Cajón del Maipo. Cambié pronto de idea. Si a Jaime Guzmán, el torpe asesinato cometido por quienes confundieron los ideales revolucionarios con sus calenturas personales, hizo de él y para siempre un egregio prócer republicano cuyo nombre me asalta todos los días mientras vuelvo a casa por la avenida que perpetúa su recuerdo, no es difícil imaginar lo que habría ocurrido con Pinochet si hubiera muerto entonces o después, mientras su demencia subcortical no se manifestaba todavía y el general se paseaba airoso, sonriente y lozano, dueño de sí mismo, aplicando sus talentos y astucia en la búsqueda de los escondrijos bancarios donde poder ocultar los muchos dólares mal habidos.

Qué bueno que el General no se murió prematuramente. Qué bueno que siga vivo todavía. Y, ¡por favor! que no se nos muera mientras no toque fondo en la letrina de sus propias heces en que se está hundiendo. Queremos verlo cada vez más viejo, que enfrente a sus interlocutores con la mirada perdida, implorando algo, nunca el perdón, talvez sólo el dinero necesario para poder comprarle el último modelo de cartera Vuitton a la Lucia en su próximo cumpleaños. Queremos ser testigos de cómo se va achicando, no sólo moralmente, sino físicamente. Imaginarlo, en una escena que algún imitador de García Márquez no desdeñaría, convertido conforme a la imaginería de viejas filosofías, en un bebé de cien años, mientras sus incondicionales Hermógenes, Cortés Villa, Garín o Labbé se disputan fieramente el honor de acunarlo en sus brazos, susurrarle al oído tiernas canciones de cuna y depositarlo en su camita de anciano-niño, velando por el sueño finalmente apacible de quien yace en vida como si ya estuviera muerto, olvidado él del mundo y habiéndolo éste, a su vez, relegado al piadoso pero inexorable olvido sin perdón.

¡No te mueras nunca!

Carlos Orellana. Santiago, Chile.

... Escrito en otra de las ya numerosas ocasiones en que Pinochet llega al hospital militar justo en vísperas de un proceso judicial ( ... )

Por la anulación de la amnistía

( 11/2006 ) -- La existencia del Decreto Ley 2.191 de Amnistía, como norma invocada y aplicada para eximir de responsabilidad penal a los responsables de los crímenes cometidos en dictadura, sigue siendo uno de los referentes que caracteriza el legado institucional dictatorial que impide la construcción de una auténtica democracia. La falta de voluntad y decisión política de los gobiernos precedentes, ha terminado avalando la existencia de este resabio inmoral e ilegítimo.

La decisión que prontamente debe adoptar el Gobierno para dar respuesta a la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por el caso del ejecutado político Luis Almonacid, ha reactivado una discusión que ya enfrentamos el año 1992, cuando senadores socialistas tomaron la iniciativa de enfrentar el tema, vía anulación de sus efectos. Las opiniones a favor, en contra o dubitativas de entonces, son las mismas de hoy, pero los tiempos no son los mismos. En la actualidad existe mayoría parlamentaria, los crímenes de la dictadura son crecientemente repudiados, contamos con mayor conciencia acerca de los deberes del Estado con las normas del Derecho Internacional y los temores que antes dominaron algunos espíritus se han ido disipando.

El Decreto Ley de Amnistía fue concebido como un mecanismo de auto perdón, por un régimen de facto, que cesó el funcionamiento del Parlamento y que en el goce de plenos poderes gobernó por medio de decretos leyes. La gravedad o alcance de ellos difiere en su sentido más profundo con el decreto ley 2.191, porque con él se buscó perdonar crímenes contra la humanidad cometidos o por cometerse hasta el último día de dictadura. Lo que se resolvió fue legalizar los asesinatos, desapariciones y torturas; eximir de cualquier responsabilidad penal a los ejecutores y asegurarse una permanente y estable impunidad.

La derecha, fiel a su connivencia con el ex dictador Augusto Pinochet, se alarma cada vez que el tema se acerca a la única resolución posible, su anulación. Se imagina a miles de uniformados ya no marchando en sus cuarteles sino en los Tribunales, lo que por cierto es parte de su profusa fantasía. En realidad, su drama tiene que ver con la posibilidad de que sus aliados ya no cuenten con la protección heredada.

Por su parte, el Gobierno se debate entre los pro y los contra, en la búsqueda del ajuste perfecto para no arriesgar, ni enfrentar dificultades u obstáculos y ello paraliza, entorpece, hace perder lo central de lo accesorio, precisamente cuando tiene todas las herramientas para abordar la anulación con poderosos fundamentos ético-políticos, que sólo puede reportarle fortalezas jurídicas, institucionales y morales.

Derogar el decreto ley 2.191, además de legitimar el auto perdón, podría dar curso a variadas interpretaciones jurídicas favorables a los responsables de los crímenes, lo que finalmente enfrentaría al Estado chileno a nuevas sentencias de la Corte Interamericana por incumplimiento de deberes internacionales, vulnerando así el Estado de Derecho y la imagen de nuestro país.

Anular el Decreto Ley 2.191, es la opción que nos permitirá adecuar efectivamente nuestra legislación a los Tratados Internacionales, invalidar su formal legitimidad, asegurar justicia para todos los crímenes contra la humanidad, reforzar la institucionalidad democrática e imponer el Derecho y los valores como el centro de nuestra convivencia.

Los firmantes de esta declaración, demandamos al Ejecutivo, y especialmente a la presidenta de la República, Michelle Bachelet Jeria, el envío de un proyecto de anulación del Decreto Ley 2.191 de amnistía y declaramos que cualquier otra fórmula será rechazada por atentar en contra del Derecho a la justicia.

AGRUPACIÓN DE FAMILIARES DE DETENIDOS DESAPARECIDOS (AFDD)
AGRUPACIÓN DE FAMILIARES DE EJECUTADOS POLÍTICOS (AFEP)
AGRUPACIÓN NACIONAL DE EX PRESOS POLÍTICOS (ANEXPP)
CORPORACIÓN RETORNADOS
CORPORACIÓN DE BENEFICIARIOS PRAIS
ASAMBLEA NACIONAL POR LOS DERECHOS HUMANOS
COMISIÓN ETICA CONTRA LA TORTURA
AMNISTÍA INTERNACIONAL SECCION CHILENA
CORPORACIÓN DE PROMOCIÓN Y DEFENSA DE LOS DERECHOS DEL PUEBLO (CODEPU)
CINTRAS
FUNDACIÓN DE AYUDA SOCIAL DE IGLESIAS CRISTIANAS (FASIC)
FUNDACIÓN VICTOR JARA
ASOCIACIÓN AMERICANA DE JURISTAS RAMA CHILENA
AGRUPACIÓN NACIONAL DE EMPLEADOS FISCALES (ANEF)
CENTRAL UNITARIA DE TRABAJADORES (CUT)
SENADOR JOSÉ ANTONIO GÓMEZ
DIPUTADO SERGIO AGUILÓ
DIPUTADO TUCAPEL JIMÉNEZ
DIPUTADO JUAN BUSTOS
COLEGIO NACIONAL DE PROFESORES
COLEGIO REGIONAL METROPOLITANO DE PROFESORES
COLEGIO MÉDICO VETERINARIO DE CHILE
PARTIDO COMUNISTA
PARTIDO HUMANISTA
PARTIDO IZQUIERDA CRISTIANA
MEMORIA MIR
JOAN JARA
GRACIELA ÁLVAREZ
NELSON CAUCOTO
HIRAM VILLAGRA
HUGO GUTIÉRREZ
RUBÉN JEREZ
ALEXANDRO ÁLVAREZ
LUIS CORREA
JUAN SUBERCASEAX
JULIA URQUIETA
EDUARDO CONTRERAS
FABIOLA LETELIER
FEDERICO AGUIRRE
ALBERTO ESPINOZA
MANUEL JACQUES

http://www.lainsignia.org/2006/noviembre/ibe_052.htm

Chile, corrupción: El origen del que nadie habla

( 11/2006 ) -- Hubo un tiempo, en Chile, en que estuvimos a tiempo. Suena a redundancia, pero así fue. Ocurrió a partir del 11 de marzo de 1990, después que el general Pinochet se desprendió de la banda presidencial en solemne ceremonia y –de manos del presidente del nuevo Senado- se la ciñó el ciudadano Patricio Aylwin.
¿Qué tiene que ver eso con el escándalo de corrupción de Chiledeportes o con las facturas falsas en la rendición de cuentas electorales del senador Girardi? Han pasado casi diecisiete años y cualquiera puede responder "nada que ver".

Yo quiero demostrarle que sí tiene que ver, que están estrechamente relacionados ambos escándalos. ¿Qué estoy calificando de "escándalo" ese primer cambio de mando de la transición? Sí, lo estoy haciendo.

Me explico. De todo hay en la viña del Señor y tuvimos antes prueba de ello. Durante la lucha contra la dictadura, muy de vez en cuando sabíamos de algún dirigente sindical que –de modo preciso- fue "asaltado" tras recibir dinero de la solidaridad internacional. Eso ocurría en una plaza de Estocolmo o en una esquina de Santiago de Chile. O sabíamos de algún encargado internacional de partido que salía por el mundo pasando el platillo para un determinado proyecto y, de regreso, entregaba una parte y se guardaba el resto para sus "gastos" personales. Ni siquiera podíamos escribir sobre estos temas –autocensura total- porque armar un escándalo era "entregarle balas al enemigo". Y el enemigo era fiero, practicaba el degüello de disidentes hasta en 1985 y la desaparición de prisioneros hasta en 1987.

Por entonces ocurrió. Me refiero al origen. Comenzó la negociación entre los representantes de la disidencia y los de la dictadura. Como avales: el Vaticano y la Casa Blanca. Había que impedir que Chile se transformara en una segunda Nicaragua, con guerrilleros del FPMR tomándose el palacio presidencial. Se unieron los partidos –dejándose al margen al PC, padre de los guerrilleros- y llegamos finalmente, dos plebiscitos y elección mediante, a la inolvidable escena del 11 de marzo de 1990.

La clave estuvo en el segundo plebiscito, a mediados de 1989. Casi nadie lo recuerda. Nos convocaron para modificar la espuria Constitución del ’80. Las modificaciones habían sido pactadas entre la Concertación y la derecha pinochetista. Y se pactó que el general Pinochet continuaría al mando del Ejército por ocho años y que no fiscalizaríamos ninguno de sus actos administrativos. Es decir, aceptamos que el criminal y corrupto dictador siguiera a cargo de los arsenales de guerra, así como dimos la bendición a todo lo obrado durante su dictadura.

Ese fue el origen. En las bóvedas de CORFO, se guardaron decenas de miles de documentos que comprobaban cómo la derecha pinochetista había saqueado las empresas del Estado al momento de privatizarlas, amén de muchos ilícitos durante su militar administración. Yo misma vi, sólo por dar un ejemplo, una mesa de directorio cubierta por papeles –de casi medio metro de espesor- que probaban la corrupción en Televisión Nacional. Y así suma y sigue.

Sobre nada de eso podía escribirse. Autocensura total. Podíamos poner en riesgo la frágil y renaciente democracia. Y cuando fue inevitable el escándalo sobre los "pinocheques", donde el ex dictador tenía estampada su firma en los cheques a favor de su hijo por casi tres millones de dólares, el presidente Frei intervino y dio "razones de Estado" para que el CDE retirara la querella.

Cuando la Concertación aceptó la impunidad de Pinochet, respecto de las violaciones de derechos humanos y su corrupción administrativa, así como la de su familia, abrimos la puerta para que cualquiera se sintiera con derecho a meter las manos en la caja estatal. Cuando se aceptó compartir salones y cócteles con los nuevos ricos de la dictadura, posando todos juntos para las páginas de "vida social", se abrió la puerta hacia el infierno.

Como canta el tango Cambalache, ya dio lo mismo ser asesino que ladrón. Si tenías poder para asegurarte la impunidad, adelante…

¿Tenemos posibilidades de construir un país ético y estético a la vez? Sí, tenemos. Para eso hemos recibido clave ayuda internacional, porque si de nosotros dependiera "no se movería una hoja". Primero tuvimos la ayuda de España para arrestar en Londres al ex dictador, aguando la fiesta de Pinochet como flamante senador vitalicio. Eso fue en 1998. Luego tuvimos la ayuda del Senado de Estados Unidos, con la completa investigación sobre las cuentas secretas de Pinochet. Eso fue en 2004. Y ahora recibimos el auxilio de la Corte Interamericana de Derechos Humanos recordándonos que el decreto de auto-amnistía debe ser anulado o derogado.

¿Qué tiene que hacer la alianza gobernante? Dar luz verde para que los tribunales condenen a Pinochet de una vez por todas. Por sus crímenes de lesa humanidad y por el saqueo de la caja estatal. No irá a la cárcel –la ley protege su ancianidad- pero se hará lo que es debido. Eso para empezar a hablar. Y luego seguimos con la Modernización del Estado y con las reformas al interior de los partidos para que no sean copados por "picantes" –como calificó un dirigente político- que sólo buscan lucimiento y coimas. Suma y sigue


Patricia Verdugo. Chile
http://www.pieldeleopardo.com/
Noviembre 2006