Sueños e ideales perdidos en el tiempo, cercenados por la brutalidad, arrasados por la violencia. Después, el largo tiempo de una lucha cotidiana, secretos en las esquinas, noches clandestinas y riesgosas. Constante intento de recuperar aquellos sueños. Finalmente, ¿Lo logramos?...
Gracias, amigos, por esa memoria obstinada, concepto tangible y poderoso que capitanea con la más hermosa dignidad nuestro cineasta Patricio Guzmán. Gracias, muchas gracias. Es lindo constatar que el testimonio de esos sueños ha sido resguardado.
Cristián (que fue mi nombre de combate, mi chapa clandestina, el precario refugio de mi seguridad)
Marcial.