Chile: Breve Imaginería política - 1970 - 1973

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Extractos

 

La tortura en Chile. Nosotros, los sobrevivientes, acusamos ...

(12/2004) -- En el Manual del Interrogador se define al interrogatorio como el arte de cuestionar y examinar a una fuente con el fin de obtener la máxima cantidad de información utilizable en el menor tiempo posible y este arte tuvo resultados concretos.

Este Manual -aplicado en Chile por los destacados alumnos de la Escuela de las Américas- cataloga a las personas y les adjudica un tormento específicamente eficaz para cada tipo. Nada es improvisado. Todo forma parte de un metódico protocolo que debe ser aplicado cuidadosamente. Su lectura permite comprender a cabalidad el uso de la tortura en la consecución de información. El Informe de la Comisión de Prisión Política y Tortura debería establecer, como una de sus principales conclusiones, que las torturas aplicadas a las 35.000 personas que entregaron sus testimonios, no respondieron a excesos ni desbordes, sino a una política de Estado, la que por lo mismo requirió de planificación y ejecución por parte de entes y funcionarios públicos.

Los delitos de lesa humanidad -o crímenes contra la humanidad- son los que agravian directamente la esencia del ser humano, los que afectan su dignidad como ningún otro hecho.

Éstos incluyen el exterminio sistemático, las desapariciones forzadas, la esclavitud y la tortura. Pero también algunas conductas como los ataques sexuales, si quienes los cometen lo hacen de manera generalizada contra cierta población.

Los que sufrimos la prisión de modo injusto y arbitrario, permanecimos detenidos en recintos fiscales, fuimos torturados, vejados y humillados; sufrimos estos castigos por disposición y voluntad de autoridades de la dictadura militar, tanto civiles como uniformadas. Es así como en su implementación colaboraron médicos, periodistas, empresarios, abogados y civiles de diversos orígenes.

( ... ) Chile necesita sanear su alma moral. Es preciso entonces revelar toda la verdad, saber quién fue torturado y por quién. A quince años del fin de la dictadura y de transición a la democracia, el país debe enterarse de quiénes son los responsables, tanto políticos como ejecutores materiales de una política de Estado de abuso y violación de los derechos de la persona.

Una vez conocidos los responsables, es deber del Estado -en cumplimiento estricto de los pactos internacionales ya suscritos y considerando el principio de continuidad del Estado- encausar a todos estos criminales y condenarlos de modo ejemplar. Es la única manera de dar una lección de civismo a las nuevas generaciones de chilenos que no se merecen que la historia de nuestro país les sea ocultada.

Chile no puede pasar a la historia como el país latinoamericano que renunció a hacer justicia y a reparar a las víctimas del proceso social mas injusto de su historia, el que gracias a la sangre de miles y a la coerción de millones, permitió levantar el basamento económico, social y político del Chile actual.

Nosotros, las víctimas, estamos convencidos de que la única forma real de asegurar el Nunca Más es develando toda la verdad, castigando a los responsables y haciendo la luz sobre nuestro pasado reciente. ( ... )

Coordinadora de ex-presas y ex-presos políticos de Santiago.
Diciembre 2004, Santiago, Chile
Contra -Informe completo :
http://www.amelatine.com/0_chile.htm

Gracias por este extraordinario esfuerzo.

(09/2004) -- Treinta años de desinformación no han bastado para borrar de la memoria uno de los sueños más hermosos de la humanidad, el gobierno democrático encabezado por el presidente Allende, esta página pródiga en imágenes y documentos hace posible que los que eramos muy pequeños cuando ocurrió, podamos conocer el ideario de la Unidad Popular y su proyecto truncado por los mismos intereses que desafortunadamente siguen cobrando vidas en la actualidad.
Desde México
Víctor Velasco. - 09/2004

Emocionante compilación,

las ideas en imágenes nos trasladan a otros tiempos...
Felicitaciones.
Fraternalmente, Rocío Marín.
Tierra Nuestra. Chile

¡Hola!

¡Buena iniciativa!
Saludos, Pablo, Suecia. - 2004

Amigos, desde Oslo. Noruega

( 04/2004 ) -- Un abrazo, muy pero muy impresionado.
Me tildo de ser un ávido cibernavegante, pero hoy, sin querer queriendo, me he encontrado con su página... y simplemente, muy, pero muy importante; por todos los motivos: por la memoria, por la documentacion, por lo pedagógico.
( … ) Les cuento que yo por mi parte estoy poniendo en internet correspondencia entre mi padre, como prisionero politico y muchas instancias, entre otros, yo como niño.
Un abrazo.
Alfredo Zamudio, Noruega.

Salud cros y cras!

Excelente labor, promocionaremos vuestra exposición en nuestra / vuestra comunidad web.
¡Gracias y adelante!
Red Latina sin fronteras
www.latinacoop.es.vg

Madrid, marzo del 2004 : No pasarán.

Santa Eugenia, el Pozo: Vallecas. Son nombres que para mí tienen un valor especial; crecí con ellos, en calles que entonces eran de chabolas blancas y hoy de torres de ladrillo. Son los nombres del partido de fútbol con los amigos, de los juegos, de los primeros amores, de la pobreza por todas partes, de la ira que nace con la injusticia y de la rabia que queda, así pasen los años, como un rumor permanente que no se puede borrar, que no permite el silencio.

Pero también, y por encima de ninguna otra consideración, es la escuela de la solidaridad y del compromiso que llenaba nuestras vidas gracias al ejemplo de tantos sindicalistas, militantes, vecinos e incluso sacerdotes como José María Llanos, jesuita y comunista.

Mi barrio, San José, se encontraba en lo alto de un promontorio desde el que se divisaba la ciudad. A veces nos sentábamos en un descampado que ya no existe y contemplábamos Madrid -o al menos, yo lo hacía- con el intenso anhelo de cambiar las ratas, el barro, la exclusión y los vertederos por el cielo de la Gran Vía y las callejuelas de los Austrias. La puerta de aquel sueño era y sigue siendo, por supuesto, Atocha; esa glorieta, plaza o extensión indefinible que nunca asociamos a la calle del mismo nombre sino a la vieja estación. En cierto sentido, allí comenzaba el mundo. Y cuando crecimos, no hizo falta que nadie nos explicara de dónde veníamos ni lo que podíamos esperar: Atocha es la inmigración, Madrid en estado puro, un caos diario de estudiantes, vendedores, trabajadores de Alcalá, Guadalajara, Villaverde, viajeros del sur, carteristas dispuestos a asaltar al turista que llega, libreros en Moyano y despistados junto al Reina Sofía.

Espero que sepan disculpar el preámbulo, justificado no por recuerdos y emociones tal vez sobrantes sino por la necesidad de situar, en su ámbito preciso, la masacre. Que los terroristas sabían perfectamente lo que hacían y que sólo lamentarán no haber provocado una carnicería mayor, es obvio; pero hay que subrayar que los lugares elegidos, el dónde, son tan poco casuales como qué y cuándo: barrios obreros, muertes indiscriminadas, penúltimo día de la campaña electoral.

A estas horas todavía no se ha confirmado la autoría de los atentados, pero se trata de un factor que no oculta en modo alguno la igualdad intrínseca de la barbarie, el idéntico carácter del fascismo -por mucho que se presente bajo distintas banderas- y el cinismo de los que facilitan y justifican la muerte. Lo demás, su aspecto exterior, la causa que enarbolan, es en esa medida irrelevante. Que los Otegi y sus camisas pardas declaren lo que quieran en Gara y La Jornada, que se cierren carpetas en los despachos donde se creó a Ben Laden, que siga la conjura de necios en los púlpitos de cierta prensa alternativa que todavía hoy, a pesar de los hechos y contra toda razón, gasta ríos de tinta en justificar a los verdugos y repetir de forma patética que sus perros, esta vez, no han sido. ¿En qué se diferencia un fascista de otro fascista? ¿En qué un asesino de otro? Si creen que son preguntas retóricas o que se limitan a apelar a la evidente inmoralidad de cualquier forma de terrorismo, se equivocan. Tanto ETA como Al Qaeda son organizaciones que encajan plenamente en lo que antes se denominaba terrorismo «negro» en contraposición con otras formas de la misma demencia. Haría mal quien se dejara confundir por los objetivos que dicen perseguir y el lenguaje que utilizan, aunque la mayoría de sus militantes crean -y lo creen, como cree el torturador a su jefe- que luchan contra el imperialismo yanqui o por una falsa y patética Euskal Herria de vascos puros.

Pero ya que a alguno parece preocuparle, busquemos diferencias entre las dos viñetas. Y después, permítanme unas palabras especialmente dirigidas a un sector de personas, bienintencionadas en la mayoría de los casos, que con su ignorancia de los hechos están ayudando a perpetuar el baño de sangre en mi país:

Si los autores de los atentados en Madrid pertenecen al ámbito o a la estructura de Al Qaeda, deténganse un momento y vuelvan a valorar lo que comentaba antes: los detalles principales son de carácter interior (lugares, fecha) y no han sido elegidos a partir de ningún tipo de simbología externa o asociada a grandes centros de poder (Torres Gemelas). Bien al contrario, los terroristas optaron por la red de cercanías de poblaciones y barrios de trabajadores que son, no lo olviden, bastiones tradicionales del movimiento obrero y de la izquierda. Para ser un simple grupo de fundamentalistas, demostraron un curioso conocimiento de la geografía económica de Madrid y una no menos interesante intención de influir en las elecciones generales de un país se segundo orden político que por otra parte acumula dos factores muy conocidos en el mundo árabe: ser el país que más se ha movilizado contra las invasiones de Afganistán e Irak y el más solidario de Europa, históricamente, con la causa palestina. Terrorismo negro -decía-, e insisto. Y en la intencionalidad de fondo, tampoco cabe excluir la posibilidad de que personas relacionadas con el ámbito de ETA hayan decidido ampliar su círculo de amigos.

La segunda opción, la autoría de la banda ultranacionalista vasca, sólo le puede sorprender a los que siguen sin enterarse de lo que ocurre en España. Por desgracia, ésta no sería la primera vez que ETA atenta de forma indiscriminada en mi país ni sería la primera vez que busca provocar el mayor número de muertes, como bien recuerdan los familiares y amigos de las víctimas de Hipercor. Incluso cabe añadir que sus acciones se enmarcan en una estrategia menos llamativa a corto plazo, pero más eficaz a medio y largo, que se puede definir como una guerra de baja intensidad dirigida precisamente a la población civil: una limpieza cultural de los ciudadanos vascos críticos y de sus representantes políticos, sindicales y académicos que se apoya en una red de amenazas, extorsiones, persecuciones y atentados de menor nivel. La barbarie de ETA no termina en los mil muertos y decenas de miles de heridos. Su barbarie muestra una virulencia aún mayor, si cabe, en el éxodo provocado de un segmento muy amplio de la sociedad vasca y en la extensión del miedo que la paraliza.

España no necesita que nadie venga a hablarle de terrorismo. Mucho antes de los atentados del 11-S, antes del mundo que se ha creado desde las embajadas de Estados Unidos e Israel y de los juegos del FMI con naciones enteras, nosotros ya poníamos los muertos. Uno de los recuerdos más intensos de mi infancia fue el asesinato de un joven policía a escasos metros de mi casa, cuando -huelga decirlo- el dictador ya había fallecido y mi país había regresado a la senda democrática destrozada en 1939. Los españoles vivimos desde hace décadas bajo la amenaza del terrorismo y casi siempre, hasta hace muy poco tiempo, hemos estado totalmente solos. Como responsable de un periódico iberoamericano, que cree de corazón y de pensamiento en la patria grande y sobre todo en el viejo «patria es humanidad» de José Martí -gracias por tus palabras, Guillermo- no puedo pasar por alto la responsabilidad moral de sectores de la izquierda latinoamericana que amparan y justifican a los asesinos y a sus cómplices, que les prestan sus medios de comunicación, sus estructuras organizativas, incluso su voz. Día tras día debemos soportar, con indignación y asombro, el cúmulo de despropósitos y barbaridades que vomitan esos finos analistas y grandes conocedores de la realidad española. A veces, están directamente manipulados por gentes de este lado del Atlántico y se les ven tanto las cuerdas que más que marionetas son caricaturas. A veces, casi siempre, hablan por hablar. Pero a todos les deseo, sinceramente, que no sufran nunca en sus países, en sus barrios y en sus casas, la suerte de España. Entre los lectores que hayan tenido la deferencia de llegar hasta aquí, habrá pocos que no sean conscientes de la ofensiva política y económica que sufre el mundo desde el hundimiento de la URSS y la debacle de la izquierda; pero el número será posiblemente inferior a la hora de discernir su verdadero alcance. Despierten, dejen de caer en discursos identitarios y nacionalismos de vía estrecha preparados a su medida por los de siempre. No se trata sólo de destruir las conquistas sociales allá donde se ganaron ni de robar espacios para la usura y la explotación. Intentan destruir el propio concepto de democracia, vaciándolo de contenido; quieren desmontar el edificio del derecho y arrojarnos de vuelta a una infancia histórica de Estados débiles, división y tribus. ¿Por qué creen que el terrorismo de hoy se parece tanto al antiguo terrorismo de la extrema derecha italiana? ¿Han llegado a pensar, en serio, que el imperio busca petróleo cuando desestabiliza Oriente Próximo? ¿Quién ha financiado el fundamentalismo islámico para eliminar a la izquierda laica de los paises musulmanes? Si amplían el campo de visión, si empiezan a pensar como seres humanos y ciudadanos de un mundo más amplio que sus pequeñas fronteras nacionales y sus ombligos, verán que Al Qaeda y ETA son dos piezas de la misma estrategia, en el mismo juego.

Mi país está de luto. Ni las notas de prensa ni los partes ni la información que inunda los medios alcanzan a describir el horror de una mañana de marzo que debía ser un día más. Hablaba al principio de ira, de rabia, de compromiso, y a ellos vuelvo a apelar para que los españoles sepamos responder masivamente en las urnas el próximo domingo. Pero suceda lo que suceda, queda el dolor, la solidaridad y la fuerza de esta ciudad, Madrid, que no ha huido nunca, en toda su historia y a diferencia de otras, ante ningún enemigo. Y hoy, como ayer, no pasarán.

Jesús Gómez - La Insignia.

Madrid, España, 12 de marzo 2004.
http://www.lainsignia.org/

Estimados compatriotas.

Le agradezco mucho por la calidad de vuestro sitio internet porque gracias a ustedes mi trabajo universitario sobre los murales de Chile fue bien más facil (estoy estudiando en la universidad de Lyon Lumière-2), y sobre todo porque me permite de informarme sobre toda esta época que no conozco como no conozco mi país.
Al fin puedo saber un poco de la historia de mi país, de poder ver un poco lo que mis papá y mamá me cuentan tan poco y con tanta sufrancia como todos los chilenos de aquí. Tenía 4 años y medio cuando tuvimos que exilarnos en Francia en 1983, y con vuestro sitio, me siento un poco más chilena.

Pamela, Lyon, Francia.

Carta abierta al General Cheyre. Comandante en Jefe del ejército de Chile

Quiero empezar esta carta abierta dirigida a usted, General Cheyre, con el pensamiento de una poeta, al que nuestra poetisa Gabriela Mistral, admiraba: Los hombres van en dos bandos, los que aman y fundan, los que odian y deshacen.

En su entrevista de la revista Siete más siete, usted expresa que tiene miedo, yo diría que como buen militar, no es el miedo lo que lo invade, sino que usted está horrorizado, espantado ante los brutales y macabros crímenes, violaciones y torturas, que sus subalternos le han relatado, crímenes que repugnan a la conciencia de cualquier ser humano normal.

Razonemos juntos, General, si algunos militares fueron tan valientes, para dar el Golpe de Estado y optaron por la cultura de la muerte, con el pretexto de salvar el país de los siniestros constitucionalistas, entre ellos el General Prat, ¿ Por qué abandonaron esa valentía, al momento de reconocer los crímenes, diciendo la verdad?

General, dice usted que su señora sabe llevar sus penas; me alegro por ello, sólo que entre mis penas y las de su señora existe una gran diferencia, Ella sufre por su padre acusado por violar los Derechos Humanos, yo sufro por los mágicos y soñadores 21 años de mi nuera Nalvia, embarazada de tres meses, por mis hijos Luis Emilio y Mañungo y por mi esposo Manuel, pues todos ellos fueron detenidos y ocultados en el fondo de la tierra. Pero yo no sufro sólo por mi dolor de ausencia, muero un poco cada día al pensar lo que mis amados sufrieron, en la más completa indefensión. General, sólo hay una manera que usted comprenda, pongámonos cada uno en el lugar del otro: piense por un segundo que yo soy usted y le hubiesen arrebatado a sus hijos, a su nieto por nacer, a su amada señora, a su querida madre y nadie le diga absolutamente nada, indefenso frente al Estado, indefenso frente a la Justicia, indefenso frente a los medios de comunicación. Sin embargo, su suegro, el General Forestier, ha tenido derecho a la Justicia y a tener cerca de los suyos; los míos no tuvieron nada, sólo oscuridad y desamparo.

Yo quisiera creer que para los míos no hubo parrillas, ni pau de arará, ni submarinos húmedos y secos. Yo quisiera creer, que el bebé de Nalvia nació y otras manos mecieron su cuna, yo quisiera creer que ese nieto aún vive y tendría 27 años y algún día lo encontraré.

Y toda esa verdad, General está en sus manos, verdad que no destruirá al Ejército. Al contrario, sólo entonces, será su ejército y mi ejército, y el ejército de todos los chilenos, porque se habrá reivindicado de lo que un día los llevó a matar a sus propios hermanos.

Usted ya conoce la terrible historia, por lo tanto tiene una parte de la solución, no puede seguir siendo el paño de lágrimas o escuchando el golpe de pecho de un mea culpa, no sólo tiene que ver con el ejército sino con la Patria toda. No puede haber impunidad, porque este drama atraviesa a toda la Sociedad, y por el bien de ella es necesario que haya Verdad y Justicia, ¡ Ya y ahora ! Cuando el Derecho ejercitado por instituciones, por personas que ocultan la verdad, se parece mucho al crimen declara usted desesperanzado por los entrabamientos que a su juicio han tenido los proyectos de ley sobre derechos humanos, porque a las víctimas no les están dando respuestas a sus legítimas aspiraciones y las mantienen en un duelo permanente, y para los procesados, muchos de los cuales pueden ser incluso no culpables, se les aplica una situación casi de venganza al no poder avanzar los procesos.

¿Usted se declara desesperanzado, General Cheyre? ¿Cómo debería sentirme yo, y los miles de familiares de los detenidos desaparecidos en Chile, que llevamos una vida entera clamando por Verdad y Justicia?. Esas son nuestras legítimas aspiraciones!, que usted dice reconocernos. ¿ Por qué habla usted de una situación casi de venganza al referirse a los procesados por violaciones a los derechos humanos?. Le invito a que busque una sola declaración, una acción, un gesto de nuestra Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, o en mi propia lucha que se asocie con venganza. Precisamente porque no nos anima la venganza es que apelamos a la Justicia, la forma civilizada que tiene la sociedad de investigar y castigar los delitos. Porque aún creemos en la Justicia, pese a todo, es que nunca transigiremos con la impunidad, eso es lo que aún persiguen denodadamente quienes no quieren entender que los crímenes de lesa humanidad, no son amnistiables, no prescriben y gozan de jurisdicción universal.

General. Usted no es insensible al dolor, como yo, a usted y a mí la verdad nos estremece, pero usted parece no haber asumido aún que la verdad y la justicia son una necesidad imperiosa para el bien de nuestra sociedad. Apelo a su honor militar, a su conciencia, a su amor por la institución, los porfiados hechos lo llevan a un único camino, la impunidad no puede ser el epílogo de esta tragedia nacional.

Sólo entonces, sólo entonces, habrá un Nunca más, como usted y yo lo deseamos. Pero en sus palabras yo noto una velada amenaza, al decir que siempre que nos portemos bien, y con esta frase entre líneas, me está usted quitando el derecho a soñar en un mañana mejor.

Nunca más un 11 de Septiembre, nunca más masacres Escuela Santa María, nunca más masacre en Lonquimay, nunca más masacre en Seguro Obrero, nunca más masacre en Plaza Bulnes, nunca más masacre en José María Caro, nunca más masacre en Puerto Montt, nunca más masacre en ningún rincón del país...nunca más violaciones, de los derechos humanos... ... , nunca más, nunca más, nunca más.

Ana González de Recabarren. Chile. - 2004

Hola, soy muralista dominicano.

( 01/2004 ) -- Le felicito por el trabajo hecho de los murales de tres años de gobierno popular ( ... )
Teódulo Silfa, República Dominicana.