( 09/2001 ) -- Primero, que la realidad se sigue mostrando más imaginativa que la ficción, y segundo, que Estados Unidos está empezando a beber los tragos amargos que le ha recetado al mundo en todos los continentes del planeta, sin excepción.

Nada del horror de los miles de personas que han muerto en Nueva York puede hacernos olvidar atrocidades similares o peores vividos por otros pueblos en otros tiempos (y en tiempos también bastante recientes). Como comentaba hoy un escritor chileno --de los jóvenes, los de la NNCH--: los aviones planeando sobre las Twin Towers le hicieron recordar los aviones que descargaron en un día 11 de septiembre, y martes también, por añadidura, bombas mortíferas sobre La Moneda.

En fin. Esperemos que no pase lo peor, aunque los halcones norteamericanos parece que están decididos a que las cosas pasen a mayores.

C.A. Chile.